Carta para mí,
por si alguna vez me encuentro sin rumbo.
El conocimiento es
poder. Siempre
has escuchado esa frase y hasta en chiste la has usado, pero luego de toda esta
formación sabes que es verdad, el conocimiento si es poder. Comenzando
por el poder que te da tu rol como docente en comparación con tus alumnos, por
más que se haya perdido parte del respeto a los docentes. Uno de los más
grandes poderes que posees es: el poder de preservar el pensamiento hegemónico
o reconstruirlo, de preservar los prejuicios o desigualdades que te encontrarás
no solo en el aula, sino fuera de ella; porque la escuela no está aislada de la
sociedad y está también influye mucho en ella, y tras de ella se encuentra el
mercado. Has visto como detrás de muchos acontecimientos y cambios se
encontraba el mercado, moviendo los hilos cual titiritero. Sabes mejor que
creer que cualquier cambio es inocente, en pos del bien común, muchos de los movimientos que observas hoy en día
puedes ver que se encuentran motivos ocultos que muchos ignoran.
Vas a tomar
una gran responsabilidad, vas a formar parte de uno de los campos de lucha más
grandes e importantes de una sociedad. Lo cual no significa que salgas a las
calles a marchar y reclamar, porque la lucha no sólo se encuentra en las
calles, sino dentro de la misma institución y la comunidad educativa en la que
se ve inmersa. Si el momento de marchar llega, marcharas.
Para cuando
lleguen tus días de ejercer como docente, en frente de tu aula, de tus alumnos,
recuerda no sucumbir ante la presión. Puedes tener las mejores intenciones,
pero no siempre son bien recibidas por todos. Sé fuerte cuando te enfrentes a
la adversidad, y siempre da lo mejor no por ti y tu desempeño, sino por el
desempeño de aquellos a quienes pretendes formar. Recuerda cuál fue tu
inspiración y llévala junto a ti, intenta transmitirla a tus futuros alumnos.
Piensa siempre en su bienestar, en sus intereses y sus necesidades, tú sabes
que si haces bien tu trabajo, ellos lo verán y te lo recompensaran con su
atención, su creatividad y cariño.
Pero más
allá de eso, no olvides lo que has aprendido durante estos años. No olvides que
la escuela no se encuentra aislada del resto de la sociedad, es justo como debe
ser la presentación de nuevo contenido: siempre
debe ser en contexto. La escuela se ve modificada por todos los
acontecimientos que sucedan fuera de ella, no todos serán para bien, ni todos serán
para mal. Tu labor será sentarte a pensar y, llegues a la conclusión que
llegues, tratar de informarte del punto de vista de otra persona, el
conocimiento es colaborativo después de todo.
Sobre todas
las cosas, no olvides lo fundamental que es tu labor. No olvides el impacto que
tienes en las mentes de tus estudiantes, no olvides que estás para transformar
y ayudar a desarrollar todas las potencialidades de tus estudiantes. Se
imparcial y justa, como te lo han pedido tus entrevistados en aquel trabajo de
Psicología. Nunca fuerces tu pensamiento en ellos, deja que ellos piensen por
si solos. Da lo mejor por desarrollar todas sus capacidades: físicas,
emocionales, y artísticas.
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