viernes, 1 de noviembre de 2019

Una carta para mi.


Carta para mí, por si alguna vez me encuentro sin rumbo.

El conocimiento es poder. Siempre has escuchado esa frase y hasta en chiste la has usado, pero luego de toda esta formación sabes que es verdad, el conocimiento si es poder. Comenzando por el poder que te da tu rol como docente en comparación con tus alumnos, por más que se haya perdido parte del respeto a los docentes. Uno de los más grandes poderes que posees es: el poder de preservar el pensamiento hegemónico o reconstruirlo, de preservar los prejuicios o desigualdades que te encontrarás no solo en el aula, sino fuera de ella; porque la escuela no está aislada de la sociedad y está también influye mucho en ella, y tras de ella se encuentra el mercado. Has visto como detrás de muchos acontecimientos y cambios se encontraba el mercado, moviendo los hilos cual titiritero. Sabes mejor que creer que cualquier cambio es inocente, en pos del bien común, muchos de los movimientos que observas hoy en día puedes ver que se encuentran motivos ocultos que muchos ignoran.

Vas a tomar una gran responsabilidad, vas a formar parte de uno de los campos de lucha más grandes e importantes de una sociedad. Lo cual no significa que salgas a las calles a marchar y reclamar, porque la lucha no sólo se encuentra en las calles, sino dentro de la misma institución y la comunidad educativa en la que se ve inmersa. Si el momento de marchar llega, marcharas.

Para cuando lleguen tus días de ejercer como docente, en frente de tu aula, de tus alumnos, recuerda no sucumbir ante la presión. Puedes tener las mejores intenciones, pero no siempre son bien recibidas por todos. Sé fuerte cuando te enfrentes a la adversidad, y siempre da lo mejor no por ti y tu desempeño, sino por el desempeño de aquellos a quienes pretendes formar. Recuerda cuál fue tu inspiración y llévala junto a ti, intenta transmitirla a tus futuros alumnos. Piensa siempre en su bienestar, en sus intereses y sus necesidades, tú sabes que si haces bien tu trabajo, ellos lo verán y te lo recompensaran con su atención, su creatividad y cariño.

Pero más allá de eso, no olvides lo que has aprendido durante estos años. No olvides que la escuela no se encuentra aislada del resto de la sociedad, es justo como debe ser la presentación de nuevo contenido: siempre debe ser en contexto. La escuela se ve modificada por todos los acontecimientos que sucedan fuera de ella, no todos serán para bien, ni todos serán para mal. Tu labor será sentarte a pensar y, llegues a la conclusión que llegues, tratar de informarte del punto de vista de otra persona, el conocimiento es colaborativo después de todo.

Sobre todas las cosas, no olvides lo fundamental que es tu labor. No olvides el impacto que tienes en las mentes de tus estudiantes, no olvides que estás para transformar y ayudar a desarrollar todas las potencialidades de tus estudiantes. Se imparcial y justa, como te lo han pedido tus entrevistados en aquel trabajo de Psicología. Nunca fuerces tu pensamiento en ellos, deja que ellos piensen por si solos. Da lo mejor por desarrollar todas sus capacidades: físicas, emocionales, y artísticas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario