Qué es el sindicalismo?
“Sindicalismo es el movimiento y el sistema que permite la representación de los obreros a través de una institución conocida como sindicato (organización que reúne a los trabajadores para la defensa de sus intereses).
El sindicalismo aspira a optimizar la situación de los trabajadores en el mercado laboral. De este modo, sus dirigentes desarrollan negociaciones con las autoridades laborales del gobierno y con las empresas para lograr mejoras en el trabajo (incremento de salarios, reducción de horarios, mayor protección social, etc.).”
Para comenzar a abordar el tema de sindicalismo, el profesor nos propuso mirar dos películas argentinas acerca de eso: Las Aguas Bajan Turbias, de Hugo del Carril, y Los Traidores, de Raymundo Gleyzer.
La primera, es una película que fue publicada en un contexto bastante turbulento, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, en el que se vivía en un estado de crisis económica y la población comenzaba a repudiar al presidente y su accionar. Es entonces que Hugo del Carril produce esta película; en la película nos encontramos con trabajadores explotados y maltratados por sus patrones, donde son castigados por el simple hecho de responder o quejarse. Los patrones están al mando, y no existe ningún tipo de repercusión por sus crueles acciones (como el abuso sexual de las trabajadoras). La solución para todos los problemas, es la creación de un sindicato que defienda el bienestar de cada uno de ellos. Finalmente, hartos del mal trato, los trabajadores se rebelan y acaban con la vida de sus maltratadores, escapándose los protagonistas para crear un lugar mejor.
Pero, ¿qué intención yace en producir esta película? Una película basada en el argumento de una novela llamada "Río oscuro", cuyo autor se hallaba en prisión por su ideología comunista en aquel entonces. ¿Cual pudo haber sido su intención? Pues, era simplemente demostrar un antes y un después de la llegada de Perón, presentándose a este como el Salvador. Es en el gobierno de Perón donde los ciudadanos consiguieron la mayoría de sus derechos, y donde los trabajadores recibieron un trato más justo. La película entonces, se produce en respuesta al repudio de la población, reprochando y recordándoles que el mismo gobierno que estaban criticando, era aquel que había mejorado su calidad de vida, por lo que deberían mostrar gratitud y paciencia.
Hugo del Carril, además de ser cantante y protagonista de la película, era un ferviente peronista, siendo este el intérprete de la marcha peronista.
Los Traidores (Raymundo Gleyzer)
La película está situada en un lapso que va desde 1955, con la Revolución Libertadora a 1973, la vuelta del Peronismo. El protagonista principal, Roberto Barrera, empieza siendo un trabajador peronista que defiende a sus compañeros contra la explotación, recortes en los salarios, horas extras y las malas condiciones de trabajo. Su actitud y valentía de hacer valer los derechos de los trabajadores ante los patrones hace que se convierta en la voz de sus compañeros, en su representante y por ende, delegado. Una vez en esa posición, se observa como empieza a hacer “negocios” con el gerente, quedándose callado cada vez que se vulneraba el derecho de alguno de los trabajadores/compañeros hasta llegando a indicar nombres de los trabajadores que podían ser despedidos, además de torturar a uno de los obreros que junto al resto, estaban haciendo una huelga en la fábrica debido al abandono y traición de Barrera hacia ellos. Así, se va corrompiendo, llegando hasta simular su secuestro para poder ganar las elecciones del sindicato, lo cual termina logrando pero no disfrutando, ya que en el festejo, un grupo de trabajadores organizados, deciden ponerle fin al traidor.
Lo que se puede observar es como se corrompe Barrera una vez que tiene el poder. Traiciona todos sus ideales, el de defender a los trabajadores (hasta rechaza el apoyo al Cordobazo) convirtiéndose él mismo en ese sujeto/poder con el cual luchaba al principio. Su visión cambia, de buscar el bien de sus compañeros y en un modo, justicia social, a su propio bien, su propio ascenso al poder a través de sobornos. Ésto se ve reflejado en su vestimenta, casa, la relación con su padre, y hasta en obligar a su amante a realizarse un aborto clandestino y dejándola sola en ese lugar y después de esa experiencia. También se refleja el abuso hacia los trabajadores y la precarización laboral, así como también el trato hacia las mujeres en esas épocas y el abuso de poder. Barrera pierde totalmente la memoria de dónde vino, quién era y por qué luchaba.
La película refleja como los sindicatos comienzan con la idea de representación de los trabajadores, como herramienta para que sus derechos no sean vulnerados hasta llegar a realizar negocios con los patrones, para el beneficio de ambos y dejando afuera a los trabajadores a los cuales se supone que representan. Al igual que Barrera, son corrompidos por el poder.
Con “Los Traidores”, Gleyzer realiza una crítica hacia el peronismo, comenzado con la lucha por y junto a los trabajadores, subiendo posiciones gracias a las relaciones con los militares. Toda esta transición la refleja en la vida de Barrera, de trabajador a burócrata sindicalista. Es importante destacar que la película fue filmada durante el gobierno militar de Lanusse y fue proyectada en lugares improvisados, como fábricas, comedores y barrios humildes, para las clases trabajadoras buscando de alguna manera, “despertarlas”. Con la vuelta de la democracia en 1983, las obras de Gleyzer, entre ellas “Los Traidores”, fueron proyectadas en todo el país, transformándolo en uno de los directores de cine político más importante. En 1976 es secuestrado por la dictadura en la puerta del Sindicato Cinematográfico Argentino y llevado al centro clandestino El Vesubio. Raymundo Gleyzer es uno de los 30.000 desaparecidos.
En ambas películas, se observa a la organización de los trabajadores en sindicatos como una herramienta contra aquellos que los oprimen. En “Las Aguas Bajan Turbias”, los trabajadores logran rebelarse contra sus explotadores, todos luchando por una causa en común. Por otro lado, en “Los Traidores”, el que luchaba junto a los trabajadores, comienza a poner su propio bienestar por encima del de ellos, separándose así de la causa en común.
Más allá de nuestra percepción personal sobre los sindicatos, es innegable que su existencia es necesaria para asegurar que los trabajadores sean tratados como se merecen. Como hemos discutido en clase, si nos preocupa la corrupción dentro de los sindicatos o que los intereses de los trabajadores no sean correctamente representados, se debe tomar acción para solucionarlo, en vez de esperar que se resuelva por sí solo.
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