jueves, 31 de octubre de 2019

Clase 19 - Competencias y saberes productores de inclusividad social.



En nuestra última clase revisamos unos cuantos documentos tales como “Saberes coordinados y aprendizaje basado en proyectos: hacia una enseñanza compartida para lograr aprendizajes integrados”, y el documento de la Secretaría de Innovación y Calidad Educativa, que propone una “nueva” secundaria para el 2030 “MOA (Marco de Organización de los Aprendizajes para la Educación Obligatoria Argentina)”

Ambos, establecen pautas y normativas que determinarán la forma en que se lleve a cabo el proceso de enseñanza dentro de las escuelas, junto con los propósitos y objetivos que esperan alcanzar. En el caso del primer documento, se trata de una propuesta donde todas las materias y los conocimientos de estas trabajan en conjunto para conformar un conocimiento más enriquecido, abordado desde distintas perspectivas. Esto no es algo que sucediera en todas las escuelas, por lo tanto el conocimiento solía verse encasillado dentro de una materia independiente, aislado de todo lo demás que podría enriquecerlo. Al publicar el documento, no solo se piensa en integrar todas las materias unas con otras, sino que también se trabaje en base a proyectos.

A diferencia de las unidades que solemos preparar y presentar a nuestros estudiantes, los proyectos son algo que se construye participativamente, que hasta puede nacer de ellos, siendo los proyectos una forma de investigar y buscar soluciones para problemáticas sociales. Por lo tanto, las problemáticas pueden ser propuestas por los estudiantes mismos, y sería un trabajo que los entusiasme mucho más.

Nadie realmente tiene un problema con esto, los únicos inconvenientes serían materiales: para trabajar de esta forma, se menciono que seria mejor tener cursos más reducidos (menos de 30 alumnos) para poder entablar una mayor interacción. Lo que se necesitaría, con más urgencia, es un docente que esté abocado a una sola institución, sería bastante problemático desarrollar proyectos en diversas escuelas, en algún punto uno de los proyectos no recibirá la atención que se merece.

Una peculiaridad que aparecen en estos documentos es el uso de la palabra "competencia", y que la educación se centrará en desarrollar las competencias de los estudiantes.

El texto de Cullen, "Competencias y saberes productores de inclusión social" comienza haciendo una reseña histórica sobre la palabra “competencias”. Ésta palabra ya no es ajena a nosotras, ya que nos hemos encontrado con este concepto a lo largo de la cursada en los diferentes textos a tratar. Competencia es una palabra que va unida al neoliberalismo y a la visión de mercado. Como ya hemos mencionado en el post sobre Calidad Educativa, esa concepción de oferta-demanda en cuanto a las instituciones escolares, hace que se cree una competencia entre las instituciones. En este tipo de educación por competencias el centro es el sujeto, al cual el autor refiere como capital humano. En esta visión de educación por competencias, el conocimiento no es importante, a lo que apunta es al saber ser y el saber hacer, habilidades y comportamiento, y principalmente a actitudes que parecen sacadas de un slogan empresarial como eficiencia, trabajo en grupo, iniciativa, responsabilidad. La educación pasa ser algo así como una capacitación, forma al estudiante de acuerdo a las necesidades del mercado, forma a un ser empleable.

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Una de las competencias a desarrollar es el llamado pensamiento crítico. Pero, ¿qué es el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico es un proceso que se propone analizar, entender y evaluar la manera en la que se organizan los conocimientos que se pretenden interpretar y representar en el mundo, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas.

 Pensamiento crítico vs Pensamiento único.

En la entrada anterior trabajamos con el texto de Sirvent y las distintas pobrezas que existen en nuestra sociedad, siendo una la más pertinente a nuestro ámbito profesional: La pobreza de comprensión o entendimiento. Esta pobreza le impide a las personas desarrollar lo que sería el pensamiento crítico, la dificultad de reflexionar sobre la información que recibimos en nuestra vida cotidiana y que, a través de los medios de comunicación, es una cantidad abrumadora que debe ser tratada con precaución. Esta precaución o reflexión no ha sido desarrollada por las personas, por lo tanto terminan cayendo en el pensamiento único.

Es aquí donde entra en juego nuestro papel como docentes; agentes de cambio o agentes de conservación del pensamiento único. Sea cual sea nuestro posicionamiento, nosotros debemos ayudar a los estudiantes para construir su propio desarrollo crítico, y aunque es una tarea difícil, es parte de nuestro deber. Debemos luchar y asegurar una educación que rompa con la domesticación y que lleve a la libertad e igualdad.


“Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica” - Paulo Freire.

martes, 29 de octubre de 2019

Clase 18 - El valor de educar en la sociedad actual



El texto de Sirvent habla sobre el valor de la educación en el contexto social de hoy en día, en el cual una cierta mirada de la realidad (por no decir, una mirada en la que no se mira) hace que se reproduzcan ciertos pensamientos que legitiman a los que tienen el poder y que demonizan a los de abajo.

Uno de los primeros puntos críticos que describe son las políticas neoliberales las cuales llevan al segundo punto crítico que es la pobreza, y específicamente Sirvent habla de “múltiples pobrezas”. Como ya hemos mencionado en otros posteos, el neoliberalismo conlleva un retroceso en cuanto a lo que justicia social se refiere. La pobreza que causan las políticas económicas neoliberales provocan una brecha aún mayor entre ricos y pobres, en desigualdad de la distribución, haciendo que los sectores menos acaudalados pierdan derechos esenciales como educación y salud. Los tipos de pobrezas mencionadas en el texto son:

     Pobreza de protección
     Pobreza política o de participación social
     Pobreza de comprensión o de entendimiento

Todos estos tipos de pobreza son causadas por los modelos neoliberales, pero fundamentalmente, son necesarias, se alimentan de ellas, para legitimarse aún más. Pero la más importante, es la pobreza de comprensión o de entendimiento, que hace que uno no pueda tener un pensamiento crítico sobre su propio contexto.


El tercer punto crítico que se menciona en el texto es el pensamiento único, es una manera de ver la realidad por la cual vamos internalizando y reproduciendo consciente o inconscientemente las injusticias sociales y la realidad actual en sí. Y dentro de éstas realidades se ponen en juego los significados, aquellos que las clases dominantes quieren amoldar a su manera para que ese pensamiento único llegue a todos, lo legitimemos y por ende, seamos dominados por ellos. No sólo se difunde a través de significados, palabras o conceptos, sino también a través de falacias, las cuales son utilizadas para, de alguna manera, apaciguarla o directamente cubrir las mentiras en cuanto a mejoras o políticas que solo benefician a algunos pocos. Encubriéndose en lemas como "¿Quién más que yo querría no tener que aumentar las tarifas? Si hubiera habido alguna alternativa, hubiera sido yo el primero en tomarla". (Mauricio Macri, Mayo 2018), con éstas mentiras envueltas en compasión y preocupación por los ciudadanos, se justifican y se crean verdades falsas que la gente inconscientemente, y conscientemente algunos también, repiten y creen legitimando el empobrecimiento del pueblo y la ganancia para otros pocos.

El talón de Aquiles del pensamiento único es la educación. A través de ella podemos deconstruir éstas falsas realidades y resignificar significados internalizados en los cuales se ven envueltos nuestros alumnos día a día. Es nuestro labor como docentes el de lograr que los alumnos cuestionen y problematicen la realidad, debemos hacer de nuestro aula un campo de lucha.

lunes, 14 de octubre de 2019

Clase 17 - Calidad educativa


¿Qué es calidad educativa?

 “La idea de calidad educativa, en este marco, hace alusión a cómo se lleva a cabo este proceso de formación. Cuando los resultados y los efectos de la educación son valorados de manera positiva por la comunidad, la calidad educativa es alta. En cambio, cuando esto no sucede, la calidad educativa será calificada como baja.”

La calidad educativa es un factor decisivo para los padres al momento de considerar escuelas a las que mandar a estudiar a sus hijos, más allá de factores monetarios, la distancia entre la escuela de la casa, los horarios, y demás cosas; los padres han probado una y otra vez que harán los sacrificios necesarios para brindarle lo mejor a sus hijos, y si una escuela es mucho mejor que otra, harán lo imposible por mandarlos ahí.

Pero… ¿cómo podemos determinar que una escuela es mejor que otra, qué tiene una “mejor” calidad educativa? ¿Qué determina una mayor calidad educativa? ¿Los contenidos? ¿La relación docente-alumno? ¿Las materias que se enseñan en la institución educativa? ¿La infraestructura?

La forma de evaluar el nivel de “calidad educativa” de las distintas instituciones escolares es a través de evaluaciones. Las evaluaciones suelen ser arbitrarias, pues es el docente o una entidad externa a la escuela (en el caso de pruebas tales como las Aprender) quien define que contenido es importante y debe ser evaluado, que respuestas son correctas e incorrectas. En las recientes Pruebas Aprender, con las cuales una de nosotras ha sido evaluada parcialmente, muestran un enfoque en áreas tales como matemática, prácticas del lenguaje, historia y ciencias naturales. Si, el objetivo de estos exámenes era determinar el nivel con el que salen los egresados de secundaria y primaria, ¿pero es ese su único objetivo?

De acuerdo con el texto “Los Condicionantes de la Calidad Educativa” de Daniel Filmus, hay dos visiones de calidad educativa, una tecnicista y otra democratizadora. En la visión tecnicista o elitista, se busca medir la calidad basándose en la competencia, una visión totalmente mercantilizadora de la educación. La perspectiva del mercado aplicada en educación hace que se cree una competencia entre las instituciones, fiel al estilo de oferta y demanda, haciendo que el “cliente” elija la institución basándose en las calificaciones de calidad desde la visión elitista. Ésta concepción de la educación se asemeja a el modelo pedagógico tecnocrático de los años 60’s y 70’s en el cual se aplicaban las bases empresariales dentro de las aulas, los docentes eran meros “operarios” que aplicaban los contenidos prescriptos que contenían primordialmente técnicas estandarizadas y los cuales conducían a la eficiencia; una educación completamente descontextualizada. Ésta perspectiva elitista no toma en consideración la realidad social, económica y cultural de cada alumno, más que igualar, profundiza la desigualdad, ayuda a que se expanda. No busca mejorar la calidad para todos, sólo para algunos.

En cuanto la visión democratizadora, lo que plantea es una perspectiva relacional la cual toma en cuenta las desigualdades existentes y busca la igualdad de toda la población, una educación para todos. En ésta visión se toma en cuenta el contexto y se trata de formar para transformar la realidad de cada uno de los involucrados. El texto realiza un recorrido histórico sobre los distintos sucesos que ocurrieron en Argentina que hicieron que esa idea de una educación para todos, propuesta en la primera Ley de Educación 1.420, se viera reducida a una educación para pocos. Con la dictadura militar ciertos sectores de la población quedaron excluídos del sistema escolar, por supuesto, siempre fueron los sectores más carenciados. El aprendizaje ya no era lo importante a enseñar dentro del aula sino el orden y la disciplina, un espacio en donde el docente era el centro y no había interacción entre ellos y sus alumnos. Este disciplinamiento del sistema educativo provocó desigualdad y terminó con la homogeneización que por años propuso la educación.

"Las decisiones de más alto nivel son políticas y están basadas sobre principios que ya nadie discute y son los de la democratización de la educación. Hay un pedagogo francés, Henry Pena-Ruiz que dice que el problema que tenemos hoy no es la democratización de la escuela sino la democratización de la calidad." (Alicia Camilloni, entrevista Diario La Prensa, 25/3/2018)

Siempre que se habla de calidad educativa, mala calidad educativa, los primeros apuntados y/o acusados son los docentes. Es común leer en los diarios, ver en la tele, personas opinando sobre la situación educativa centrando el debate en lo que los docentes hacen dentro y fuera del aula. La negación hacia los verdaderos causantes de la calidad educativa hace que los docentes sean el objetivo y cuando éstos pelean por sus derechos, como las paritarias, realizando paros y movilizaciones, estas acciones logran la excusa perfecta para aquellos que son los verdaderos culpables de la situación educativa. La falta de inversión, la situación socio-económica hacen que la calidad baje, el contexto repercute fuertemente en la escuela. 

Habiendo dicho todo esto, no significa que estemos en contra de la evaluación del desempeño del sistema educativo, siempre y cuando los resultados obtenidos no sean utilizados en contra de este mismo. Las evaluaciones sirven como una especie de diagnóstico para la reflexión sobre las prácticas y las decisiones que se toman en cuanto a políticas educativas, siempre y cuando las decisiones que se tomen no perjudiquen a las escuelas que, por ejemplo, tienen como resultado una calidad educativa por debajo de otras.

Cuando se inició con las Pruebas Aprender, los resultados en las áreas consideradas de suma importancia llevaron a que se produzca un cambio en los planes de estudio de los profesorados de carreras tales como Prácticas del Lenguaje, Matemática (e Inglés, pero no cuenta como un área fundamental) en un principio. Los cambios son cuestionables, pero se trataron de llevar a cabo con el fin de adaptar el conocimiento a los estudiantes actuales.

Creemos que es momento de dejar de culpar y realmente actuar para que la calidad educativa mejore para todos y todas. Solemos culpar a los estudiantes por su bajo desempeño, su falta de interés por estudiar, o le echamos toda la culpa a los docentes, cuando la culpa la tenemos todos como sociedad, desvalorizando la educación en pos del trabajo con comentarios como “De que te sirve estudiar”, “Si estudias eso, te morís de hambre” “Estudio para que me paguen 2 mangos”, todos tenemos un impacto en la calidad educativa, no solo los actores que están dentro de ella. Por lo tanto, todos debemos hacernos responsables si pretendemos que la educación mejore. 



(Dejamos el link de la nota completa a Alicia Camilloni: http://www.laprensa.com.ar/463118-Hay-que-democratizar-la-calidad-educativa.note.aspx)

domingo, 6 de octubre de 2019

Clase 16 - Responsabilidad civil


“Ser responsable es tener que soportar las consecuencias de un acto, hacerse
cargo de la obligación de reparar el daño que se ha producido a otro.”

A menudo, los que están fuera del ámbito educativo desconocen todas las funciones que llevan a cabo los docentes, y suelen reducirlo a la instrucción cuando en realidad el docente desempeña muchas más funciones. Es extraño, puesto que siempre que se reconoce la labor de un docente, se suelen utilizar expresiones tales como “inspirar, despertar o motivar la creatividad”, se reconoce el afecto y paciencia que le brinda a sus alumnos, y todo eso no refiere realmente a su capacidad de “enseñar” los temas dentro de la currícula.

Suele pasar que un docente desempeña funciones tales como proveer de apoyo psicológico a sus estudiantes, pues consideran a sus docentes como una persona de confianza que puede aconsejarlos y ayudarlos; a veces son ellos los que proveen a sus estudiantes de alimentos, ropa, o materiales para poder estudiar. Acciones que la mayoría de las veces aquellos “preocupados” por la educación le restan importancia o ignoran por completo.

“La maestra es como una segunda mamá” es una frase muy común cuando nos referimos a los docentes, principalmente las maestras de nivel primario o inicial. Y, como toda mamá, ellas están a cargo de asegurar el bienestar físico y psicológico de sus alumnos, esta es una de las responsabilidades que conlleva ser un docente.

Durante la clase de distintos tipos de “actuación” por los cuales los docentes debían tomar responsabilidad por su mal accionar o falta de accionar, siendo el caso de que el daño no fuese causado por éste, sino sus estudiantes:

Negligencia: El docente actúa con negligencia cuando no toma todas las precauciones necesarias para evitar cualquier tipo de accidente, y en el caso de hacerlo, no es suficiente.

Imprudencia: En este caso, el docente actúa despreocupadamente, quizás por una alta confianza al ser algo rutinario, y realiza una acción que perjudica a los demás o a sí mismo. 

Impericia: Para este caso, el docente no está capacitado para la tarea que está llevando a cabo.

Dolo: El accionar es intencional, con el objetivo de dañar al otro.

Pensemos en esta situación: Si un profesor de educación física lleva a sus estudiantes al campo de deportes/gimnasio y les pide que comiencen a ejercitar, a hacer gimnasia artística sin la seguridad que proporcionan las colchonetas, estaríamos hablando de un caso de negligencia o de imprudencia? Podría ser negligencia, porque el profesor decide no sacar las colchonetas (sea por las razones que sea), así que no toma las precauciones necesarias; pero también podría ser imprudencia, sus estudiantes pueden haberlo convencido de que no los necesitaban, y el profesor cedió a sus demandas sabiendo el nivel que tienen, confiando que no pasara nada.

Una situación que se mencionó durante la clase le recordó algo a una de nosotras.
(Victoria) Mi madre es maestra de primaria, y como se mencionó durante la clase, en primaria uno tiene que esperar a que los padres vengan a buscar a sus hijos, a menos que la escuela ya esté notificada de que se puede retirar por su cuenta. En el caso de que los chicos no sean retirados, su maestro a cargo debe esperar en la institución hasta que sea retirado, y en ninguna circunstancia debe llamarse a la policía como si fuera una clase de “Remis” para alcanzarlo hasta la casa, lo cual me llamo la atención porque una vez llamaron a la policía para llevar a uno de los estudiantes.
Fue en un dia lluvioso, y sucedió que uno de sus estudiantes no había sido retirado por la madre, quien alegaba de que estaba todo inundado por su casa y era imposible salir. Pasaron casi 2 horas hasta que la directora decidió llamar a la comisaría y mi madre acompañó a su estudiante en el patrullero. Al llegar a la casa, las calles estaban vacías, no había agua por ningún lado. Una prima del estudiante se acercó al verlo bajar, y le avisó de que la madre se encontraba en la pizzería a una cuadra, junto con sus tíos. La madre del chico no quería buscar a su hijo, incluso en una ocasión insistió con que dejaran que su hijo regresara por su cuenta, o en todo caso que le pagaran el Remis, llamar a la policía era la única opción en ese caso. Entiendo que la idea era no utilizar a la policía como si fuera un remisero más, o que se delegara la responsabilidad de cuidar del chico. En este caso, mi madre no delegó, sino que acompañó hasta la casa a su estudiante, “escoltada” por la policía.

La responsabilidad no solo se trata sobre responder en casos de accidentes provocados por los docentes o sus alumnos, sino también se trata de velar por el bienestar de sus alumnos. En caso de que un docente perciba algún signo de que sus alumnos están sufriendo abusos, deben responder notificando a las autoridades del colegio y el gabinete pedagógico, si existiese en la escuela. Aun si la problemática no se puede resolver por la intervención de los docentes, es mejor notificar a alguien para estar al tanto, que ignorar lo que está sucediendo.

Como dijimos al inicio, ser docente no es solo pararse en frente de un grupo, escribir en una pizarra, enseñar. Es también cuidar de sus estudiantes en todo momento, estar ahí presentes para brindarles apoyo, funciones que los padres tanto exigen de nosotros, y a la vez ignoran.